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Blog Roble
Descubre los efectos de un sólido programa de habilidades socioemocionales
¿Qué es lo que más deseamos para nuestros hijos?
En mi caso siempre tuve en mente que fueran niños sanos y felices… ¿sencillo no?
Desde luego suena fácil, pero la realidad es que la vida está llena de conflictos, cosa que es inevitable y suele atentar contra la idea de que nuestros hijos sean felices.
Entonces, ¿cómo podemos mejorar nuestra relación con conflictos que trae la vida?
Siempre tenemos la opción de crear una barrera protectora que aisle a nuestros hijos del conflicto y del sufrimiento. Ahora, ¿qué tanto éxito tendremos haciendo esto? Incluso si logramos mantener esta burbuja de protección, ¿cómo va eso a ayudar a nuestros hijos a enfrentar la realidad que les tocará cuando sean adultos?. La opción entonces reside en dejarlos vivir su vida con los conflictos que lleguen a ellos. Pero, ¿cómo lograr que los conflictos no se conviertan en traumas que los afecten el resto de su vida? ¿Cómo enseñarlos a resolver conflictos de manera asertiva?
Es aquí donde el programa de Conscious Discipline, creado por la Dra. Becky A. Bailey, puede ayudarnos.
De entre los varios elementos del programa de Conscious Discipline uno de ellos son los “poderes”; estos poderes en el adulto sirven para modelar a los niños habilidades socio emocionales, vitales para su desarrollo.
Poder de la Percepción
(Nadie te puede hacer enojar sin tu permiso)
Este poder nos ayuda a estar en control de nuestras emociones.
Aún cuando sucedan situaciones sorpresivas e imprevistas, somos nosotros los que podemos dejar que esa emoción crezca y perdamos el control. De otra manera podemos lograr aceptar y regular la emoción para enfrentar la situación con compostura y templanza.
Por ejemplo, si vemos a un niño subiendo a una mesa, podemos cambiar nuestra percepción de: “Lo hace para molestarme.” a “Él quería jugar y olvidó la regla.”
Poder de la Atención
(En lo que te enfocas, obtienes más)
Este poder habla de cómo si nos enfocamos en castigar o regañar conductas no deseadas
en los niños, en lugar de poner más atención a festejar y notar las conductas deseadas no estamos promoviendo aquello que deseamos.
Poner más atención en lo positivo, nos trae más conductas positivas.
Si un niño se está subiendo a una mesa, al decir: “No te subas ahí, ¡te vas a caer!” no le deja claro al niño lo que deseamos que haga, y por lo tanto esa conducta es más probable que se repita.
Si decimos: “Tus pies deben de estar en el piso como los míos”, mientras lo demostramos (para generar una imagen mental que acompañe la instrucción verbal), es mucho más probable que el niño entienda cuál es la expectativa.
Poder de la Unidad
(Todos estamos juntos en esto)
Los humanos somos seres gregarios y florecemos con las conexiones.
Nuestros niños necesitan sentir que son parte de su grupo (familia, salón, escuela, etc).
Si logramos establecer conexiones exitosas con nuestros grupos sociales, podremos enseñar a nuestros niños cómo lograr esto mismo y aún más importante, podremos generar dinámicas en las que ellos se sientan parte de nuestro grupo y que sientan que sus necesidades físicas y emocionales están siendo atendidas.
Poder de Libre Albedrío
(A la única persona a la que puedes hacer cambiar es a tí mismo)
Cuando logramos entender las reglas que existen en la sociedad y las seguimos por convicción y no por miedo al castigo, es entonces cuando verdaderamente somos libres.
El poder tomar decisiones pensando no sólo en nosotros, sino en nuestra comunidad nos lleva a seguir con paz las reglas.
Por ejemplo, cuando enseñamos a nuestros hijos a cruzar la calle tomando nuestra mano, podemos simplemente dar una orden y forzarlos a tomar nuestra mano. O podemos decirles que es necesario que lo hagan para mantenerlos seguros y les damos opciones para que elijan entre tomarnos de la mano izquierda o la derecha.
Poder de la Aceptación
(Este momento es como es)
Poder aceptar lo que está sucediendo frente a nosotros y dejar ir el “deber ser” o cualquier idea que podamos tener de cómo queríamos que las cosas sucedieran, nos traen al presente para poder lidiar con lo que se desenvuelve frente a nosotros.
Poder del Amor
(Ve lo mejor en los demás)
Ver lo mejor que cada persona tiene para ofrecer nos lleva a generar más y mejores conexiones, a la vez que nuestro cerebro produce neurotransmisores que generan una sensación de felicidad y paz. Esto es especialmente importante en momentos de conflicto.
Por ejemplo si observo a un niño que empuja a otro para poder pasar, en lugar de regañarlo, busco cuál era el mensaje que quería transmitir con esta conducta y entonces yo como adulto le enseño a decir ¿Me dejas pasar? en lugar de empujar.
Poder de la Intención
(Los errores son oportunidades para aprender)
Cada acción que tomamos viene precedida de una intención y muchas veces sucede de manera inconsciente. Lo que buscamos es que la energía que traigamos a un conflicto sea de resolución y escucha y no de ataque. Ayudar a los niños a solucionar conflictos con una mente abierta y de manera pacífica, los abre a escucharnos como autoridad pues no sienten miedo a los castigos o regaños que puedan venir.
Esto llevará a los niños a crecer con habilidades que los harán responsables de sus acciones y sentimientos, que los enseñará a buscar soluciones a conflictos y con esto se construye una personalidad fuerte y segura.
Cuando un adulto posee todos estos poderes, puede entonces enseñar a los niños a su cargo diferentes habilidades como: compostura, asertividad, motivación, toma de decisiones u opciones, empatía, intención positiva o consecuencias.
Esto llevará a los niños a crecer con habilidades que los harán responsables de sus acciones y sentimientos, que los enseñará a buscar soluciones a conflictos y con esto se construye una personalidad fuerte y segura.
Como padres, es importante saber que el cambio debe de venir desde nosotros primero.
Es por eso que debemos conocer y practicar estos poderes para que los cambios que queremos ver en nuestros hijos, los podamos ejemplificar primero nosotros.
Ahora sabemos que nuestro cerebro es maleable que podemos reentrenarlo y modificar las historias que nos contamos. Todos tenemos la oportunidad de cambiar y de mejorar.
Al adentrarnos en el conocimiento de estos poderes, podemos descubrir heridas del pasado que nos han llevado a comportarnos y a reaccionar de cierta manera.
Todo esto lleva tiempo, requiere esfuerzo y conciencia y, si entramos en un Colegio con este programa socioemocional, pronto se vuelve un estilo de vida y una manera natural de resolver conflicto.
Mtra. Cecilia Escalante Bravo
Easy to Love, Difficult to Discipline: The Seven Basic Skills for Turning Conflict into Cooperation
Bailey, Becky A. (2002). The Seven Power of Self Control. William Morrow.
Conscious Discipline Building Resilient Classrooms
Bailey, Becky A. (2015). Loving Guidance, Inc.
Para más información sobre este programa, pueden contactar directamente a la creadora del programa